domingo, 31 de mayo de 2015

Las redes sociales y el tarot





No es ninguna novedad el boom que han provocado las redes sociales para la comunicación entre la gente, ni tampoco que se prestan para difundir cualquier cosa, por más loca que parezca: hechos reales, ficticios, manejos políticos, anuncios personales, investigaciones, inventos, burlas, humoradas… todo sirve para estar en el candelero! Se llega a decir que quien no está en ellas no existe!


Dos de las más populares son Twitter y Facebook. Mientras en Twitter se maneja el minuto a minuto, en frases cortas pero no por eso menos efectivas o efectistas, Facebook se transforma en  una ciudad virtual, compuesta por todo tipo de personas, y personajes, que buscan el contacto con otros y muestran su vida (o la que se inventan) a quien lo quiere ver y al que no… también! Y se premia con un Me gusta a las publicaciones. Tampoco faltan los “megusteros” compulsivos, que colocan “Me gusta” a una noticia espantosa o a lo que escriben ellos mismos como para darse ánimo.

Si bien también son muy útiles para difundir campañas, encontrar niños, personas y animales perdidos con mayor rapidez (debido a la facilidad de compartir las publicaciones), esta rapidez puede jugar en contra debido a la no verificación fehaciente de lo que se comparte; llegando a difundir tanto cosas reales como inventadas o tergiversadas, quedando en el medio el pobre lector, que si no tiene 3 dedos de frente, o capacidad rápida de análisis, repite como lorito hasta si alguien dice que se fue de vacaciones a Saturno! No faltando algún descolgado que diga: “qué lindo, te felicito!”

De toda esta vorágine no quedan exentos todos los temas con tinte esotérico, entre los que se encuentran el tarot y las demás disciplinas. Sede y caldo de cultivo de innumerables dones, videntes a granel, iluminados a batería, mensajes extraterrestres, “elegidos” de pc y mucha autoayuda de pizarrón (en carteles que recorren los muros), con esta temática puede pasar cualquier cosa…

Salvo los que utilizan los perfiles para promocionar sus actividades o algún “loco” que escribe algo coherente (o no tanto) sobre estos temas, los mismos quedan  circunscriptos a los grupos y aquí… Chan! 

Estos grupos proliferan por Facebook de una manera impresionante, con gran cantidad de miembros (la mayoría inactivos). Dentro de ellos aparecen todo tipo de personajes : videntes naturales y “naturalmente” modestos que, previo al uso de la palabra “humildad” comienzan a presumir sobre  sus dones, para los cuales han sido “elegidos” por Dios para llevar su mensaje; descendientes de linaje brujeril (dudosamente comprobable) o con dones contenidos en su ADN; personajes que han estado en el momento de la Creación; reencarnaciones de Buda o Jesucristo, e iluminados de la duodécima dimensión que se comportan como si fueran el faro de Alejandría, creyendo que basta que manden luz a alguien para que se prenda como fosforito y se transforme en un “ser de luz”, aunque solo se encandile de tanto verse en el espejo.

En fin, de todo un poco y el tarot… bien gracias! Aquí los paracaidistas están a la orden del día y recurren a cualquier técnica acomodaticia a sus fines.

Asocian la palabra tarot con futuro y aparecen con imposiciones de: Quiero saber mi futuro!  Como si enseguida correrían todos a enchufar su bola de cristal, para contestarles raudamente, porque es su obligación como tarotistas, sino para qué es el grupo?

Algunos vienen con preceptos “antiguos” que dicen que “los que saben no cobran” porque sino “pierden el don” (¿??) Sería interesante saber de dónde sacaron dicho precepto y que lo aplicaran a todas las cosas de la vida. Desaparecería el vil metal!!! (o seríamos todos ignorantes)

Otros llegan a evangelizar y dicen: Solo Dios sabe lo que sucederá! Es Él el que maneja la vida de todos .Y para qué se unió? Que vaya a la iglesia!

Y nunca faltan los “descreídos” los que dicen “son todos chantas” “esto no sirve” (Obviamente luego que vieron que no iban a lograr una lectura gratuita de su vida, la del vecino y el de la vuelta, que parece que le gusta pero quiere saber si algún día le va a hablar! (¿)


A todo esto nos exponemos los tarotistas y cuando hartos contestamos, aparecen los educadores en "buenas costumbres" a decirnos lo que debemos hacer y cómo, aunque sea lo único que aportan al grupo.

Ni que decir de los desesperados que aparecen para publicitarse... o sea... alguien promociona sus servicios de tarotista en un grupo de 9000 integrantes donde la mayoría atiende consultas?… Increíble, pero real!

Por suerte, hay otros que se han preocupado el leer sobre el tema y conocen los alcances y limitaciones del tarot, hacen prácticas, comparten opiniones e intercambiar conocimientos o experiencias. Lamentablemente son los menos, la mayoría cree que por haber hecho un grupo los administradores, o responsables del mismo, tienen la obligación de responder a sus preguntas de “forma educada” (a consideración del preguntón aunque sostengan que el tarot lo inventaron los extraterrestres), sean proveedores constantes de elementos que les sirvan a ellos y sin comprender que un grupo se hace entre todos los integrantes, porque sino no sería más que un seminario dictado por los administradores y no un flujo y reflujo de conocimientos.



Resumiendo los pro y los contra.

Los pro serían la posibilidad de relacionarse con gente que maneja las mismas herramientas temáticas (aunque tengan distintas creencias u opiniones variadas) y poder compartir sus vivencias con los demás, permitiendo debatir puntos de vistas y esclareciendo (o no) algunos temas; el poder conectarse con personas que manejan el mismo “idioma” (muchas veces incomprendido entre su entorno habitual), la misma pasión de saber y aprender, pero sobre todo, la posibilidad de compartir su tiempo con quien quiere o se siente más cómodo.

Los contra: toda la gente que pulula buscando “ventaja” de los demás (no dando nada a cambio) y la proliferación de desquiciados, elegidos divinos, pseudos hindúes y educadores a costa de la paciencia ajena.

Una vez que aceptamos que siempre va a aterrizar alguno, si logramos acostumbrarnos y pasar por alto a todos estos personajes, tomándolos con humor, posiblemente logremos el debate positivo de ideas y el crecimiento informativo. Ahora, quienes solo busquen información, tipo universidad, sin ninguna alteración del orden, los grupos (como cualquier conglomerado humano) no son para ellos, es mejor que se compren un libro.

Bien manejadas, las redes sociales son  increíbles, ahora, si no se tienen en claro sus alcances y posibilidades, no difieren de ningún pueblo lleno de chismosos.


Liliana Cavallini



jueves, 14 de mayo de 2015

La luciérnaga y el libre albedrío




Hace muchos años, en uno de los cursos que realicé me contaron una fábula, de la que no conozco su autor, que decía lo siguiente:

“Cuentan que unos cuantos simios estaban reunidos en un monte. Una noche vieron una luciérnaga y, creyendo que era lumbre, juntaron mucha leña; después, empezaron a soplar con la boca y a abanicar con las manos.  

Cerca estaba un ave sobre un árbol. Y aquel ave les dijo:

- ¡¡¡No seáis tontos, lo que habéis visto no es lo que creéis!!! - no le hicieron caso, ni siquiera volvieron la cabeza a lo que les habían dicho.

Pasó por allí un hombre y le dijo al ave:

- No te entremetas a enderezar ni a avivar lo que no se endereza ni se aviva, ni a enseñar a quien no tiene enmienda; pues a la piedra que no se la puede cortar no la prueban las espadas, y al palo que no se puede doblar no se entremete ninguno a encorvarlo; y yo digo que ¡¡¡quien ésto intente, se arrepentirá!!! 

No escuchó el consejo del hombre, y el ave, enojada porque no le hacían caso, se bajó del árbol y llegó a increpar a uno de los monos.

 Este simplemente la agarró, dio con ella en tierra, y acabó con su vida.

¡¡¡Y siguió soplando la luciérnaga!!!" 

El origen de este cuento se pierde en los tiempos. Algunos lo ubican en el texto árabe Calila y Dimna, procedente del Panchatrantra hindú. Y otros lo atribuyen a Esopo.

Sea cual fuera su origen, a mi siempre me gustó y me marcó una línea de comportamiento y, aunque a veces reacciono como el ave, siempre sé cuando parar.

Lo mismo ocurre en una consulta de tarot, o de cualquier tipo de mancia. El trabajo del profesional es orientar sobre cuáles son las posibilidades más adecuadas ante un problema, o interrogante, pero siempre la decisión final es del consultante, el que muchas veces escucha lo que quiere o recuerda sólo una parte de todo un planteo. No podemos ser como el ave, tratando de imponer nuestro pensamiento ante el consultante. Una vez que están las cartas echadas y los temas aclarados, el consultante solo deberá enfrentar al Arcano 6 y decidir si el mismo quedará al derecho o al revés, si su decisión será correcta o equivocada.

Ergo: Hay que advertir, pero no decidir, la gente debe elegir de acuerdo a su libre albedrío (aunque parezca redundante) y luego aprender (si le interesa) cuál es el brillo real y cuál es el ficticio; decidir que es lo que quiere y, lo más importante, qué le sirve más para el momento que está viviendo!

Y, como dice el refrán:

Todo es de acuerdo al color del cristal con que se mira… aunque a veces se encuentre empañado.


Liliana Cavallini







miércoles, 13 de mayo de 2015

Los "trabajos" de magia y el tarot: cómo detectarlos y proceder



Para mi las cartas claves que marcan una influencia psíquica negativa hacia el consultante son la combinación del Diablo y la Luna al derecho, habitualmente marcan que algo no anda bien, y si a eso le sumamos la Torre, prácticamente lo está aseverando, obviamente que hay que estudiar el contexto general y recurrir a comprobaciones mediante tiradas complementarias. A su vez es importante ver en qué posición salen y su ubicación: pasado, presente o futuro, para darle la importancia debida.

También hay que tener en cuenta que la mayoría de los consultantes (experiencia personal) cuando no quiere hacerse cargo de un proceder erróneo de su parte suele creer (o le conviene) que todo lo que les sucede es culpa de un tercero/a, y algunos, cuando se le explica que no es así, siguen consultando a otros hasta lograr que le digan lo que quieren escuchar y, cuanto más le cobran para “sacárselo” más valiosos se consideran (problemas de autoestima mediante)

Para ver en qué forma se le transmite la interpretación sobre la posibilidad de alguna influencia negativa, hay que tener en cuenta la tipología del consultante y si es beneficioso decírselo directamente, o hay que recurrir a otra forma de expresarlo. Una vez charlando sobre el tema con Martina Pol, ella me dijo que a veces es mejor pasar por “mala bruja” que hablar de más, y a destiempo, provocando más daño que el que se quiere prevenir. Con el tiempo, aprendí que muchas veces hay que saber cuando “cerrar la boca”. Hay formas de tratar mejor el tema sin nombrar la tan temida palabra “trabajo”.

En la otra punta se ubica la gente que realmente está sugestionada y, a pesar de no tener nada ni de haber recibido ningún ataque psíquico, cree realmente que lo han dañado. Esto realmente es más peligroso que el trabajo mismo, dado que puede autodestruirse. Una vez un profesor me dijo: “¡Cuidado, a veces  una sugestión sólo se elimina con una contrasugestión!”. Cuando una persona cree firmemente que ha sido víctima de un “daño” debe realizarse la operación contraria para eliminar ese dato de su inconsciente! En estos casos suelo recomendar que realicen un ritual por sí mismos para armonizarse. Por lo demás, considero que:

A una persona contenta y con la mente ocupada, no hay trabajo que la alcance!


Liliana Cavallini


Lectura complementaria:

ATAQUES PSIQUICOS por Liliana Cavallini

Extraído de la página: “Magiciencia"




martes, 12 de mayo de 2015

Percepción extrasensorial versus poderes adivinatorios en el tarot


La Parapsicología estudia ciertas funciones inhabituales del psiquismo entre las que se encuentra la percepción extrasensorial, o conocimiento de la realidad por otras vías que las admitidas por la psicología clásica (los sentidos conocidos o el razonamiento).

Según J. Ricardo Musso (En los límites de la Psicología):

"Para que algo objetivo (una cosa o un suceso material) o algo subjetivo (el pensamiento o el estado emocional de una persona), se convierta en objeto del conocimiento extrasensorio de un sensible, deben cumplirse tres etapas que podrían denominarse de captación, información e interpretación.

La Captación es el proceso por el cual el sensible se pone en relación con su objetivo, y lo aprehende en una modalidad inconsciente del psiquismo.

La Información es el proceso por el cual esa aprehensión extrasensoria inconsciente se transforma en contenido de conciencia.

La Interpretación es el proceso de análisis que debe realizar el propio sensible o el investigador, en los casos en que la información se presenta desfigurada o bajo forma simbólica o alegórica".

Entre los fenómenos de percepción extrasensorial (siguiendo a la mayoría de los investigadores) se encuentran la telepatía, la clarividencia y la precognición. La primera es la transferencia de pensamientos de mente a mente. La segunda, la percepción de objetos o de hechos objetivos. Por último, la precognición es el conocimiento anticipado de un hecho futuro, siempre que éste no se haya producido como una consecuencia de la predicción.

Muchas veces en una “tirada de tarot” podemos ver la fenomenología parapsicológica en acción cuando alguien las está “leyendo” y su descripción poco tiene que ver con la carta que está interpretando. Es decir, esa figura le detona lo que entraría comúnmente a llamarse “videncia”, transformándose en un vehículo para ello, y sin manejarse con la extensa simbología que posee cada arcano, llegando a veces a describir a la persona físicamente y hasta dar el nombre y apellido.

Yo me niego sistemáticamente a considerar estas percepciones como “dones” de uso exclusivo, o canalizados de otros seres de entidad superior que “eligen” a quienes interpretarán sus mensajes. Estoy un poco cansada de esta necesidad de diferenciación para sentirse más que otra persona o simplemente “el elegido”.



Básicamente, esta fenomenología la produce cualquier individuo en un determinado momento, o estado emocional, el que es personal de cada uno, dado que muchos los pueden producir en estado meditativo, otros en estado alterado por energía dispersa (nerviosismo, etc.) y otros cuando algo les llama poderosamente la atención y no lo pueden resolver utilizando el razonamiento. También se pueden presentar de distinta manera: algunos reciben percepciones a través de los sueños, otros escuchan (clariaudiencia), ven (clarividencia) o perciben de otras formas (visión dermoóptica, etc.).

Las cartas son un vehículo excelente para detonar estos fenómenos, pero lo interesante es saber distinguirlos como algo inherente a la especie, que puede ser producido por cualquier persona en un estado emocional particular que varía según esa persona, y que es muy difícil producirlos a voluntad. Esto es fundamental para evitar caer en supuestos videntes “permanentes”, de nacimiento, etc.

No existe persona (que se pueda considerar dentro de los parámetros normales de comportamiento) que pueda estar constantemente en un estado alterado de conciencia por esa misma razón: es un estado ALTERADO de la consciencia, no un estado permanente y, por lo tanto, no funcionan como un celular conectado a los mensajes divinos. (Además, los celulares también se quedan sin batería) 



Liliana Cavallini