viernes, 7 de noviembre de 2014

De las consultas y los consultantes



A través de los años, y del intercambio con muchos colegas, he comprobado que hay muchas personas que desean consultar algún aspecto de su problemática y son reticentes a hacerlo, muchas veces por desconocimiento y otras por temor.

El desconocimiento se basa en la creencia que la persona a la que van a consultar, con sólo verla, ya va a saber todo lo que le sucede, hasta lo que no quiere! Muchas veces, en alguna reunión o cumpleaños, alguien enterado de mi profesión me ha dicho: “Te puedo hacer una pregunta?” y agrega, antes que le conteste, “aunque supongo que vos ya debés saber todo lo que me pasa!”

Ante mi respuesta de: “No tengo ni la menor idea!” se quedan sorprendidos y es ahí dónde preguntan de qué se trata lo que hago, no antes!

Siempre me pregunté si la gente creerá que somos aparatos, que se enchufan a la corriente y comienzan a funcionar? No nos olvidemos que esos aparatos para funcionar se deben conectar al generador de energía pero, además, deben captar la frecuencia de onda del emisor (se llame canal de tv o emisora radial).

En el caso que nos ocupa, el profesional se debe conectar con la “onda”  del consultante y, cuando este se retira, desconectarse para no seguir “enganchado” en su problemática; de allí que muchas veces, luego de la sesión, olvide el tema tratado como forma de “protección personal”.

La cuestión del miedo muchas veces se debe a colocar todo en la misma bolsa y creer que se puede llegar a crear dependencia del profesional (tanto económica como emocional) o, en otros casos, de alguna "entidad" que pueda estar dando vueltas por allí. Muchas películas tergiversando el tema dejan su marca en el público!

También los programas de televisión llevan mucho a estas creencias, dado que siempre que hay alguna persona que lee el tarot entre los invitados, la pregunta obligada será... "Qué le depara el destino a ... (nombre de algún famoso) y allí sacan una carta al azar y dicen la interpretación (aunque a veces, quien conoce las cartas, se da cuenta que están cambiando la lectura, dado que no coincide el significado con lo que dicen)

Obviamente que si la predicción no se cumple, se dice que "no acertó" que "todo es un fraude", etc y muy pocos (por no decir ninguno) se preocupa en averiguar los alcances del tarot, el tema del "futuro" y de qué dependería su concreción; solo se busca un vaticinio dejando de lado la real importancia del tarot: vislumbrar alguna posibilidad de que ocurra algo y advertir al consultante para que tome los recaudos necesarios, o no, para permitir que lo que se vaticina ocurra. Siempre el tarot orientará y el consultante tomará las decisiones que crea oportunas, así no sean las más convenientes: él es el dueño de su vida y de sus acciones!




Liliana Cavallini