sábado, 22 de noviembre de 2014

El Día Mundial del Tarotista



El día 22 de Noviembre se festeja el Día Mundial del Tarotista, una forma de reconocer a todas las personas que, con dedicación y profesionalismo, se ocupan de difundir esta disciplina, arte para muchos y camino de vida para otros.

Esta actividad, tan batallada y criticada por quienes no comprenden sus alcances y, por el contrario, tan aprovechada por otros que vieron un camino de comercio en su práctica, merecía un día de festejo para aquellos que se han preocupado por develar su mensaje y de aplicarlo, no solo en su vida personal sino también poniéndose al servicio de quienes buscan una guía, que les permita optar por el camino más apto, para tratar de sortear la encrucijada que se encuentran.

El Día Mundial del Tarotista fue fijado por una iniciativa de los integrantes de un grupo de Facebook (El Mundo del Tarot) ante la disyuntiva de unirse o no al festejo del Día Mundial del Tarot (World Tarot Day, fijado por Ben Elder) que se conmemora el 25 de mayo, cuyas celebraciones se realizan en otro idioma y otras características que no coincidían con las costumbres de los hispanoparlantes.

La decisión fue buscar un nuevo día para que los represente. Se propusieron distintas fechas (por ejemplo el Día de San Juan, 24 de junio) pero, como no coincidían las celebraciones y su significado, debido al cambio de hemisferio, eran rechazadas. También fue considerado el día de nacimiento de la profesora Martina Pol, muy representativa para los argentinos y latinoamericanos, pero no tanto para integrantes de otros países; se hizo lo mismo con el aniversario de Jung, etc. sin llegar a un acuerdo grupal.

Como era difícil el consenso, una integrante – Liliana Cavallini - propuso el análisis numerológico de una fecha, para encontrar así un término medio entre costumbres y agasajos individuales. Ella consideró que la que más se adaptaba era la compuesta por dos números maestros (22+11) que sumados daban otro número maestro (33), cuyo análisis de la fecha inicial fue:

"Propongo el 22 de noviembre. Si lo analizo numerológicamente (interpretándolo para este caso en particular)... saco las siguientes conclusiones:

22 - 11 - 2010 – Por reducción: 22+11+3 = 36/9

Los números 11 y 22 (números maestros, por lo que no se reducen) están relacionados con el Cosmos y la guía espiritual. El 22 (día) brinda maestría espiritual en grandes grupos. El 11 (mes) percepción extrasensorial acentuada y también, liderazgo en rumbos espirituales

El 3 (reducción del año) está regido por Júpiter, por lo que brinda popularidad, afecto y talento. Apto para mejorar los contactos humanos y para lograr desarrollo, crecimiento y mayor expresión.

El 9 final, que simboliza el idealismo, los sentimientos, la búsqueda de la perfección y la atracción hacia lo espiritual, está regido por Neptuno, que ayuda a comprender a los demás a través de sus tendencias místicas.

Creo que estos números resumen un poco nuestra búsqueda y coinciden con algunos de los propuestos, pero sin buscar fechas especiales, pero que cambian según el hemisferio en que nos encontramos."

Si bien en un primer momento se acordó llamarlo “Día Mundial del Taromante”, se llegó a la conclusión que esa denominación no abarcaba la total significación y alcance de esta técnica, porque que si se utiliza solo taromante (tarot - mante derivada de manteia/mantía = mancia/adivinación – por extensión: mantis/mante =adivino) solo llevaría a tomar esta disciplina como mancia, dado que todas las palabras que definen a los practicantes de una mancia terminan en “mante” (Rabdomancia/rabdomante, Cartomancia/cartomante, Astromancia/astromante, Ceromancia/ceromante, etc)

Debido a esto se colocó la denominación que describe a quien practica la actividad: o sea tarotista, más sencilla que tarólogo.


¡Muchas felicidades a todos los tarotistas que hacen de su trabajo una misión!

(compartido con  Tarot, misterios develados)

sábado, 8 de noviembre de 2014

Tipología de los consultantes


Una vez que alguien decide "probar" con una consulta, habría que encarar el tema específico sobre qué buscan quienes la realizan. La variedad temática y de comportamiento es enorme, pero vamos a diferenciar a los más comunes.

Dentro de estas personas se puede categorizar varios tipos de consultantes:

1 - Los que no tienen idea de nada y solo dicen: qué me depara el futuro? Obviamente, guiados por la "publicidad" que tiene esta temática.

2 - Quién tiene algún problema, no sabe qué camino tomar y busca alguien que lo oriente para luego decidir los pasos más convenientes. 

3 - Aquel que busca conocerse más a sí mismo y recurre a otro para que lo ayude a interpretarse y así detectar, por un lado, las falencias que no le permiten seguir adelante y, por el otro, las cosas positivas que debe remarcar para lograrlo. 

Luego viene otro gran grupo:

4 - Los inconformistas: individuos que quieren oír lo que ellos quieren y, cuando no lo escuchan, se enojan y dicen que el intérprete no sabe nada. Esto se da habitualmente en personas que pretenden que se les diga que tienen “un trabajo” para justificar su inacción. Dentro de este grupo también se da el caso inverso: “pseudo-profesionales” que le dicen a todos que lo tienen, para obtener un buen ingreso económico, sin importarle el consultante. También, generalmente en temas amorosos, van de tarotista en tarotista hasta que consiguen que le digan que "esa persona se rendirá a tus pies"

5 - Los dependientes: Buscan solicitar consulta por cualquier motivo. Siempre esperan que, quien lee las cartas, les diga qué tienen que hacer; así si se equivocan, ellos no fueron: la culpa es del tarotista.

6 - Los "chusmas": Tratan de consultar sobre la vida de todo el mundo para saciar su curiosidad

5 - Los examinadores: Son los que “vienen a tomar prueba” al profesional. Pero estos, habitualmente ante el costo de la consulta, son los que dicen que “los que tienen un don” no deben cobrar, pero vienen a probar si lo tienen en forma gratuita! 

Por último, aunque no los incluimos en estas listas, están los aprovechados de siempre que suelen enviar mensajes cuando leen la palabra “tarotista” para ver si pueden “recibir” sus lecturas y “predicciones”; eso si, de forma gratuita! Se han dado casos de mandar iguales mensajes a varios tarotistas para ver si lo consiguen y luego comparar las respuestas. 

Hay de todo en la Viña del Señor! (y en los alrededores también!)

Queda en el tarotista reconocer a su consultante y explicarle qué se puede encontrar en una tirada, sus alcances y limitaciones antes de la consulta para evitar sorpresas desagradables durante o después.



Liliana Cavallini




viernes, 7 de noviembre de 2014

De las consultas y los consultantes



A través de los años, y del intercambio con muchos colegas, he comprobado que hay muchas personas que desean consultar algún aspecto de su problemática y son reticentes a hacerlo, muchas veces por desconocimiento y otras por temor.

El desconocimiento se basa en la creencia que la persona a la que van a consultar, con sólo verla, ya va a saber todo lo que le sucede, hasta lo que no quiere! Muchas veces, en alguna reunión o cumpleaños, alguien enterado de mi profesión me ha dicho: “Te puedo hacer una pregunta?” y agrega, antes que le conteste, “aunque supongo que vos ya debés saber todo lo que me pasa!”

Ante mi respuesta de: “No tengo ni la menor idea!” se quedan sorprendidos y es ahí dónde preguntan de qué se trata lo que hago, no antes!

Siempre me pregunté si la gente creerá que somos aparatos, que se enchufan a la corriente y comienzan a funcionar? No nos olvidemos que esos aparatos para funcionar se deben conectar al generador de energía pero, además, deben captar la frecuencia de onda del emisor (se llame canal de tv o emisora radial).

En el caso que nos ocupa, el profesional se debe conectar con la “onda”  del consultante y, cuando este se retira, desconectarse para no seguir “enganchado” en su problemática; de allí que muchas veces, luego de la sesión, olvide el tema tratado como forma de “protección personal”.

La cuestión del miedo muchas veces se debe a colocar todo en la misma bolsa y creer que se puede llegar a crear dependencia del profesional (tanto económica como emocional) o, en otros casos, de alguna "entidad" que pueda estar dando vueltas por allí. Muchas películas tergiversando el tema dejan su marca en el público!

También los programas de televisión llevan mucho a estas creencias, dado que siempre que hay alguna persona que lee el tarot entre los invitados, la pregunta obligada será... "Qué le depara el destino a ... (nombre de algún famoso) y allí sacan una carta al azar y dicen la interpretación (aunque a veces, quien conoce las cartas, se da cuenta que están cambiando la lectura, dado que no coincide el significado con lo que dicen)

Obviamente que si la predicción no se cumple, se dice que "no acertó" que "todo es un fraude", etc y muy pocos (por no decir ninguno) se preocupa en averiguar los alcances del tarot, el tema del "futuro" y de qué dependería su concreción; solo se busca un vaticinio dejando de lado la real importancia del tarot: vislumbrar alguna posibilidad de que ocurra algo y advertir al consultante para que tome los recaudos necesarios, o no, para permitir que lo que se vaticina ocurra. Siempre el tarot orientará y el consultante tomará las decisiones que crea oportunas, así no sean las más convenientes: él es el dueño de su vida y de sus acciones!




Liliana Cavallini



martes, 28 de octubre de 2014

Tarot vs. Oráculos: diferencias y similitudes




Otra de las preguntas tradicionales es: ¿Cuál es la diferencia entre el tarot y un oráculo? ¿Ambos no se usan para lo mismo? Pero... qué es un oráculo? Si nos guiamos por la Wikipedia,

“Un oráculo (μαντειον) es una respuesta que supuestamente da una deidad por medio de sacerdotes, o de la Pitia o Pitonisa griega y romana, o la Sibila, o incluso a través de interpretaciones de señales físicas (tintineo de campanillas, por ejemplo), o de interpretaciones de símbolos sobre piedras, como las Runas, o de interpretaciones de símbolos sobre cartas, como el Tarot, o de sacrificios de animales. Por extensión, se llama oráculo al propio lugar en que se hace la consulta y se recibe la respuesta (el oráculo).”  

En Grecia (en su famoso Oráculo de Delfos) el oráculo se recibía a través de una mujer que se llamaban pitia o pitonisa, en estado de éxtasis frenético. Por lo tanto, en un estado alterado de conciencia producido (según dicen) por las emanaciones de ciertos alucinógenos provenientes de aberturas en las rocas por las que se filtraban.

¡Pobres mujeres, se pegarían cada viaje, que otra que la belladona que se untaban las brujas y que les hacían contar los viajes en escoba!.

Algunas personas admiten la forma de diferenciar al Tarot de los oráculos, haciendo hincapié en la cantidad de cartas del mazo. Consideran que el Tarot  (para ser llamado así) debe tener la cantidad de cartas clásica: 22 arcanos mayores y 56 arcanos menores.

El tema de la diferenciación por medio de la cantidad de cartas del tarot dependería de cuándo se comienza a tomarlo como tal. Si consideramos el Minchiate como uno de sus antecedentes, éste tenía mayor cantidad de cartas ya que se agregaba los 12 signos de zodiaco, los 4 elementos y las virtudes teologales. Si se toma como su antecedente al Tarot de Paris (siglo XVII), allí comienzan las 78 cartas. Igualmente también está el Ansata Tarot (1981) que sólo tiene los 22 arcanos mayores, entre otros mazos con los que ocurre lo mismo.

Yo creo que para diferenciarlos, más que por la cantidad de cartas, debería hacerse por los conceptos (y aquí empiezan los problemas partiendo de las distintas acepciones de la palabra tarot y sus significados posibles). Para algunos autores significa “mazo de cartas” (Tar/Taru), para otros “la ley” (Torah); “rueda” (rota); “sendero real” (TA: sendero, RO, real) y así seguiríamos infinitamente.

Esta reflexión me lleva a pensar que el tarot estaría formado por imágenes y signos, los que permiten crear un código, que sirva para utilizarlo, no sólo de oráculo sino también como enseñanza de vida (mediante la correlación numérica); mientras los oráculos, serían instrumentos que nos permiten “adivinar” algo en particular, u obtener un mensaje para la ocasión..

Entonces, considero que para poder llamarse Tarot, las imágenes que componen el mazo deben representar a los arquetipos, que han sido asimilados por la humanidad a lo largo del tiempo y los cambios culturales, que se transmiten de generación y generación y que pertenecen al inconsciente colectivo (común a todos los seres humanos) funcionando como patrones de conducta (imitativa en muchos casos). Entonces la serie sería la clásica de Loco, Mago, Sacerdotisa, Emperatriz, etc., lleven el ropaje que les corresponda según la cultura a la cual responden. Es decir, los arquetipos básicos son los mismos, solo cambia su presentación.

Personalmente creo que el tarot es también un oráculo. Si me llevo por los antecedentes griegos, en cuanto a oráculo, haría una pequeña reflexión: el tarot es oráculo cuando a través suyo se perciben sensaciones (producidas por estados alterados de conciencia) que no figuran en las cartas. Es cuando decimos que las cartas nos “hablan”. 

Los oráculos como las runas o el I Ching, se interpretan a través de signos. Además, los “avispados” de siempre, en vista del interés que despiertan, han creado “velozmente” cartas con los símbolos rúnicos y también con los exagramas del I Ching, así que allí comienzan las mezclas en todos estos temas.


"El oráculo rúnico", 

Anthony Clark - Tony Willis


Igualmente siguen apareciendo mazos, con distinta temática, que se denominan Tarot pero cuyas imágenes poco tienen que ver con los originales y van cambiando según las creencias (ángeles, hadas, etc) 

En resumen, se podría decir que todas las cartas de Tarot pueden funcionar como oráculos, pero, no todos los oráculos se leen como el Tarot.


Liliana Cavallini




viernes, 24 de octubre de 2014

Los alcances del tarot y la función del tarotista




La función primaria del tarot es ORIENTAR al consultante sobre las opciones que se le presentan en la tirada, tratando de encontrar la más adecuada para ayudar a resolver su problemática.

Aquí es necesario formular una advertencia esencial: es imprescindible tener presente los alcances y limitaciones del Tarot con el propósito de evitar que se lo desvirtúe con manejos deshonestos.

La función del tarotista es MOSTRAR al consultante los aspectos positivos y negativos de la situación, para que pueda prevenirse contra posibles inconvenientes, y aprovechar las ventajas que se le presenten, nunca DECIDIR qué debe hacer el consultante. Una vez presentados los pro y los contra de la situación, la decisión corre por cuenta de quien realiza la consulta.

Esto es importante que lo tenga en claro el consultante para poder evitar los manejos de personas inescrupulosas, que se colocan en asesores permanentes, y a los cuales se les debe consultar todos los pasos a seguir, creando una dependencia ilimitada del consultante con el “tarotista” quién así tendrá asegurado un cliente permanente, o un ingreso fijo por esa razón.

La otra utilización del tarot, la más válida (y quizás la razón de su creación, según se desprende del uso que se hacía de los primeros mazos) es la del camino del autoconocimiento, donde cada arcano se transforma en un peldaño, para ascender por una hipotética escalera.



Los distintos pisos, representados por cada arcano, son paradas de aprendizaje, en nuestro viaje terreno evolutivo, para tratar así de comprender nuestro paso por la vida y las distintas etapas de desarrollo por las que deberemos atravesar para llegar a la meta.


Liliana Cavallini


miércoles, 22 de octubre de 2014

¿Cuál es la función del tarot?



Muchas personas se preguntan: ¿Puede ser que alguien mirando una carta pueda saber qué es lo que me pasa o me pasará? Hay gran cantidad de mitos alrededor de esta técnica, el más común es el considerar que quien “tira las cartas” posee un don, otorgado por alguien superior, que le permite lograr una conexión que los demás no pueden lograr y lo coloca por encima de los demás mortales. Quizás por esto, muchos racionales huyen despavoridos de estas explicaciones.

Si alguien recurre al diccionario, para saber de qué se trata, encontrará definiciones al estilo de:

“Tarot, nombre que recibe la baraja de cartas que se emplea para decir la buenaventura. También el juego que se practica con estas cartas.” (Enciclopedia Encarta 2005).

Y aquí comienzan los problemas, porque a “decir la buenaventura” se la asocia con una práctica que tiene que ver con “predecir el futuro”, o “la buena suerte”, a través de distintos elementos: cartas, bola de cristal, manos, etc. y caeremos, indefectiblemente, en la generalización del nombre del grupo que las engloba: MANCIAS.

La palabra “mancia” significa "adivinación" y, de acuerdo a la voz que la compone, es el método utilizado para la predicción, por ejemplo: cristalomancia, mediante espejos mágicos o bola de cristal; cartomancia, a través de las cartas, etc. y cuya interpretación depende del operador y su código, muchas veces personal.

Ahora, ¿el tarot es entonces lo mismo que Cartomancia?

NO, en la Cartomancia la lectura depende de la interpretación que haga el operador y su percepción personal; en cambio, las cartas de tarot incluyen personajes, figuras y símbolos, de variada procedencia, que requieren un análisis especial, es decir, agregan técnica a la intuición.

Siguiendo con el razonamiento, resumamos los conceptos y establezcamos las diferencias:

El cartomante “lee” las cartas que tiene ante sí, haciendo su interpretación de acuerdo a lo que acude a su mente, lo que éstas provocan en ella, y echando mano a su intuición para comprender su mensaje. Estos conocimientos no tienen por qué coincidir con lo que significa para otros que practican la misma mancia.

El tarotista, aparte de “leer” las imágenes, agrega conocimientos teóricos y simbólicos. De esta manera, utiliza una codificación para su lectura que permite a otro tarotista corroborar los resultados obtenidos. Además, las imágenes le aportan mensajes que, mediante su interpretación, ayudan a orientar al consultante sobre las posibilidades que se le presentan y a él mismo, lo ayuda a desarrollar vías de crecimiento personal. En síntesis, resume técnica e intuición para aprovechar las enseñanzas simbólicas e incorporarlas en la lectura.

Ahora faltaría establecer qué servicio brinda y sus alcances.

Aplicado con seriedad e idoneidad, el Tarot nos otorga la visión necesaria que permita vislumbrar el desarrollo de una situación determinada y su posible desenlace, el que de ninguna manera se considera inevitable.

Liliana Cavallini
(textos extraídos del curso: El Tarot y sus Misterios)